Majestades, autoridades, amigos, colegas, buenas noches y muchas gracias por acompañarnos en este acto ya tradicional de entrega del Premio de Periodismo Francisco Cerecedo que concede la Asociación de Periodistas Europeos con el patrocinio del BBVA. El Premio Francisco Cerecedo creado, en recuerdo de este compañero ejemplar, pretende rendir un sencillo homenaje al buen periodismo en la persona de un profesional que haya destacado en su trabajo y trayectoria.
El premio entra hoy en su trigésimo séptima edición. Treinta y siete años ininterrumpidos acreditan la importancia que ha adquirido tanto en el ambiente profesional como social. La lista de premiados es un verdadero escaparate de la historia del periodismo en democracia de cerca de cuatro décadas.
Este año el Jurado, presidido por don Abel Caballero, alcalde de Vigo (en honor del origen de Cerecedo la tradición manda que siempre sea una personalidad gallega), el Jurado, decía, ha concedido el Premio a Vicente Vallés.
Aunque suene un poco a tópico no es necesario esforzarse mucho para presentar a Vicente Vallés. Sus valores profesionales son bien conocidos. Su capacidad de comunicación la conocemos: la demuestra cada noche dirigiendo y presentando el informativo de Antena tres. Y su integridad y profesionalidad la deja patente en su empeño por la búsqueda de la verdad en cuantas informaciones ofrece y la combatividad que demuestra contra cualquier presión o amenaza a su rigor.
Enhorabuena, Vicente: eres un ejemplo y un modelo para todos tus colegas.
Enhorabuena también al Jurado por su acierto, nunca fácil ante el número y la calidad de los demás candidatos.
No quiero terminar estas palabras sin reiterar nuestro agradecimiento a Sus Majestades don Felipe y doña Leticia siempre en su defensa del buen periodismo tan necesario para que los ciudadanos estén bien informados. Ya es sobradamente repetido que sin buen periodismo no hay democracia.
Gracias, reitero y, si me permite, Señor, quisiera dejar constancia de nuestro reconocimiento a la seriedad y la serenidad con que en estos tiempos en que se acumulan los problemas y las contrariedades está afrontando su alta misión desde la Jefatura del Estado.
Tanto usted, Señor, como la institución Monárquica que representa nos están dando una prueba tranquilizadora ante los temores y preocupaciones que la situación, empezando por la sanitaria, plantea. Gracias en buena medida a su respeto ejemplar a la Constitución, la unidad, la convivencia y la democracia están aseguradas.
Majestades, muchas gracias.