Si Europa tiene algún arma real para hacer frente a la cada vez más evidente superioridad de Estados Unidos y China, esa es la integración
Pedro González
El presidente de Francia, Emmanuel Macron terminó haciendo la envolvente a todos los partidos de la izquierda que aspiraban a situar a un primer ministro de su cuerda en el Hôtel Matignon, sede de los jefes de Gobierno galos
Lo primero que ha reclamado Björn Höcke, líder de la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD), tras arrasar en las elecciones en el estado de Turingia, es su derecho a formar Gobierno.
Si algún iluso de buena fe creía que una tiranía de extrema izquierda cedería el poder pacífica y democráticamente, la realidad le habrá demostrado una vez más que eso es un imposible metafísico
Francia y su “grandeur” son sinónimos, tanto que atraviesan incólumes el paso de la historia y la renovación generacional.
Donald Trump iba a ganar por goleada la carrera a la Casa Blanca. Los últimos sondeos que aún le veían compitiendo contra Joe Biden le daban una ventaja sideral, 75%-25%. Imposible, pues, para el Partido Demócrata no reaccionar y apretar a fondo la presión sobre el testarudo presidente de Estados Unidos, convencido a pesar de sus reiterados traspiés dialécticos en comparecencias públicas de que era el único que podía ganarle al indiscutido candidato del Partido Republicano.
Abatido el hombre que atentó contra Donald Trump mientras celebraba un mitin en la localidad de Butler, en el estado de Pensilvania, habrá que esperar más tiempo para saber con certeza lo que pretendía el atacante y si existían o no conexiones con grupos u organizaciones interesados en que el expresidente no llegara a instalarse de nuevo en la Casa Blanca
Alborozo y alivio se respiraban en las sedes electorales del Nuevo Frente Popular (NFP) y de Juntos (Ensemble), la alianza conformada por el presidente Emmanuel Macron, quién preconizó un “cordón sanitario” para impedir el ascenso al poder del Reagrupamiento Nacional (RN). Alivio también en la sede bruselense de las instituciones europeas, que podrían continuar así con la tradicional alianza de conservadores, socialdemócratas y liberales en la cada vez más complicada construcción y asentamiento de la Unión Europea.
Les habían prometido la vuelta a la gloria del imperio. Salirse de la Unión Europea equivalía a recuperar la soberanía perdida, dejar de ser contribuyentes netos a países más atrasados del continente, a esos PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España), cuyo acrónimo significa “cerdos”, que no se distinguen precisamente por su laboriosidad ni espíritu de ahorro.
Puede leerlo como quiera, pero la realidad es incontestable: El Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen se ha convertido en la primera fuerza política de Francia.
Reagrupación Nacional (RN) o Nuevo Frente Popular (NFP). Son los dos extremos del arco político que este domingo 30 de junio disputan la primera vuelta de las elecciones generales en Francia.
Mantener el esfuerzo bélico, pero sobre todo sostener una sociedad firmemente cohesionada que lo respalde, no es fácil cuando una guerra se alarga en el tiempo, y tanto militares como civiles aumentan el número y la intensidad de las preguntas que se hacen a sí mismos, y que los dirigentes penan cada vez más para darles respuestas satisfactorias.