Manuel Cruz y Francisco Rubio Llorente

Madrid y Barcelona ya dialogan, por Xavier Mas de Xaxàs

Artículo de Xavier Mas de Xaxàs publicado en La Vanguardia

Hay diálogo, pluralidad y tolerancia entre las sociedades civiles de Madrid y Barcelona. Lo impulsa la fundación del Diario Madrid y la Asociación de Periodistas Europeos, que han pedido la colaboración del Col•legi de Periodistas de Catalunya (CPC). La idea es alternar el debate entre las dos ciudades con una conferencia mensual. Se aceptan subvenciones (modestas) para sufragar billetes de tren, noches de hotel y menús mediodía.

El diálogo lo arrancó Rafael Jorba, periodista de “La Vanguardia”, el pasado mes de julio en Madrid, y lo ha continuado el profesor Francisco Rubio Llorente, que hoy jueves ha hablado en Barcelona junto al filósofo Manuel Cruz.

Rubio Llorente fue vicepresidente del Tribunal Constitucional, presidente del Consejo de Estado y asesoró a los padres de la Constitución de 1978. Tiene 83 años, camina con bastón -doble operación de cadera- y hoy se ha levantado a las seis de la mañana -“algo que me sienta muy mal”- para coger el Ave. En el tren, después de leer la prensa, se ha entretenido con sudokus. Tenía muy claro lo que iba a decir en la remodelada sala de actos del CPC, que el “café para todos” de 1978 ya no funciona, que España “es una nación de naciones” y que un referéndum sobre la independencia es “un método razonable” para resolver el futuro de Cataluña.

El profesor llevaba sus ideas estructuradas en puntos muy sintetizados, escritos en un papel tamaño folio, por las dos caras, un resumen esencial de lo que ve como posible y deseable. Hablaba sobre el micrófono, despacio, para que no hubiera equívocos, guiado por una razón que no dejaba brechas a la emoción. “Las emociones, para las personas como yo, para los que nos parece que todo lo vivido es ya muy lejano, no son nada convenientes”, me diría luego, después de comer, esperando el taxi que iba a llevarlo de vuelta a Sants.

La conferencia se titulaba “Sociedades secuestradas”. El periodista Miguel Ángel Aguilar, escudero de Rubio Llorente, rompió el hielo deseando una prensa sin más causa que la libertad y el compromiso con los lectores. Jorba recordó al socialista Rafael Campalans, referente del federalismo, ingeniero de horizontes europeos, redactor del estatuto de Núria, ahogado en la playa de Torredembarra en 1933.

Rubio Llorente no se andó por las ramas. Lo primero que dijo es que “la independencia de Catalunya es una distopía”. La colocó en la órbita del mundo feliz de Huxley y el 1984 de Orwell. Luego afirmó que “no es ilegal que se convoque un referéndum en Cataluña sobre la independencia”. Aseguró que las únicas trabas que pone la Constitución son procedimentales. Echo mano de la inteligencia y el pragmatismo del jurista para recriminar al Parlamento de Cataluña que no haga las cosas bien, que no concrete “la voluntad a decidir” en una propuesta legislativa para modificar la ley de referéndums. “La declaración del Parlament sobre el derecho a decidir no servirá de nada. Una proposición de ley, presentada a las Cortes, impulsará un debate parlamentario del que podrán extraerse resultados concretos, con fuerza jurídica”. En el mismo plano de la inicuidad jurídica colocó la referencia al estado propio. “No significa nada concreto”, aseguró. Justo delante suyo, sentada en primera fila, estaba la presidenta del Parlament, Núria de Gispert. A su alrededor, varios diputados de la tercera vía: Maurici Lucena (PSC), Antoni Font (UDC) y Jaume Bosch (ICV).

El profesor Rubio Llorente considera que el referéndum, una vez modificada la Constitución para hacerlo posible, debe incluir la opción de federalista. Reducir la consulta a un simple sí o no a la independencia no le parece bastante democrático. Las tres opciones deben plantearse de forma clara y facilitar una respuesta también muy clara. Si la participación es amplia y la mayoría a favor de la independencia es, asimismo, cualificada, entonces deberían iniciarse las negociaciones para la secesión de Cataluña. La indepedencia, en todo caso, sería la culminación de un pacto, no una ruptura.

Canadá es el modelo a seguir. Lo recordaron Rubio Llorente, Jorba y también Cruz, al afirmar que los españoles deberían hablar más de unión entre ciudadanos y menos de unidad territorial.

Rubio Llorente, después de ofrecer sus claves “para desbloquear el embrollo”, lamentó que se hable más del cómo gestionar la aspiración soberanista que de las causas del sentimiento independentista. “Habría que remontarse a mucho antes de 1978. Hace tanto tiempo que estamos atascados en el mismo problema”.

Luego reconoció que el nacionalismo tiene mala prensa. El horror del nazismo alemán no se olvidará nunca. Pero recordó que fueron el nacionalismo británico de Churchill y el nacionalismo francés de De Gaulle los que salvaron Europa. “Hay nacionalismos positivos, lo malo es que los nacionalismo tienden a ser excluyentes.”

Al profesor Rubio Llorente le gustaría que la clase política estuviera a la altura del reto que ha planteado la sociedad catalana porque, después “nunca he creído en el expontaneísmo de las masas en el que tanto creía Rosa Luxemburgo”.

El diálogo, después de la conferencia, se prolongó en un restaurante. El novelista Javier Cercas y el editor Miguel Aguilar se sentaron junto a Rubio Llorente, que siguió dando pautas de futuro. El epílogo fue poético y llegó de la mano de Miguel Ángel Aguilar que, puesto en pie, recitó un verso de Pedro Salinas: “Perdóname por ir así buscándote / tan torpemente, dentro / de ti. / Perdóname el dolor alguna vez. / Es que quiero sacar / de ti tu mejor tú”.

En esto andan varios periodistas e intelectuales agrupados en un ciclo de diálogos que han titulado “España plural, Catalunya plural”.

Artículo de Xavier Mas de Xaxàs publicado en La Vanguardia

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