Lavrov advierte a la UE de que «los malos ejemplos son muy contagiosos», por Pedro González

Artículo publicado en Zoom News por Pedro González

– «Quienes han provocado la actual situación en Ucrania son los que han de buscar la salida», afirma el ministro de Exteriores de Rusia.

– España deberá suscribir sanciones contra Rusia si las aprueba la UE, pero intensifica sus esfuerzos por una solución dialogada.

– Lavrov reitera que Rusia no permitirá que se atente contra la vida o la salud de los ciudadanos rusos en Ucrania.

Con gesto adusto y rotunda firmeza verbal, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, reprochó a Estados Unidos y a la Unión Europea su «tolerancia, cuando no connivencia, con la estridente violación de la legalidad constitucional en Ucrania». El jefe de la diplomacia rusa resaltó, en su rueda de prensa final, que los acuerdos firmados el 21 de febrero por el presidente Viktor Yanukóvich y los tres líderes de la oposición, constituyen un auténtico tratado, cuya vigencia hay que restablecer y aplicar. «Los malos ejemplos son muy contagiosos», advirtió el ministro, acusando implícitamente a europeos y americanos de aplicar distintas varas de medir, y dando alas por lo tanto a que en otros países puedan producirse situaciones semejantes.

«La comunidad internacional no ha sabido reaccionar a lo que sucedía en Kiev ni cuando se infringía continuamente la Constitución de Ucrania. Allí se produjo un asalto al poder por métodos no previstos en absoluto ni por el Derecho Internacional ni por la ley fundamental ucraniana», subrayó el ministro.

Lavrov, que pasó 24 horas en Madrid, mantuvo encuentros sucesivos con el presidente Mariano Rajoy, con el Rey Juan Carlos y con su homólogo español, José Manuel García-Margallo, con los que multiplicó los gestos de amistad, resaltando el magnífico momento de las relaciones bilaterales hispano-rusas, y permitiendo que España realzara su papel internacional mediante la aceptación de las vías de diálogo propuestas por sus interlocutores.

Lavrov no quiso fotografías ni testimonios verbales de su encuentro con Catherine Ashton, jefa de la diplomacia europea, que viajó ex profeso a Madrid para esa entrevista, pero fuentes cercanas al ministro ruso la calificaron de «mero intercambio de opiniones», que en román paladino cabe traducir como que las posturas de Rusia y de la UE están aún muy lejos.

El ministro ruso pidió que se interpreten correctamente las declaraciones del presidente Vladímir Putin, cuyo núcleo fundamental es que se respete la letra de los tratados, y en todos los que hacen referencia a la compleja situación ucraniana «no está permitido que se viole la ley ni la Constitución». A este respecto, despreció las sucesivas disposiciones que viene adoptando la Rada Suprema de Kiev, que «no hacen más que enturbiar las relaciones entre Rusia y Occidente». Aludió asimismo a que tales disposiciones, ilegales a su juicio, han sido aprobadas a instancias de elementos que controlan la calle pero no han sido elegidos en las urnas.

Se defendió Lavrov de que las fuerzas rusas hubieran invadido y controlado la península de Crimea, arguyendo que «Rusia no tiene potestad sobre las autoproclamadas fuerzas de autodefensa crimeanas», aclarando después que los marinos y militares rusos están en sus bases, y reiterando el aviso que Moscú viene formulando desde el agravamiento de la crisis: «No vamos a permitir en ningún caso que se atente contra la vida y la salud de los ciudadanos rusos que viven en Ucrania».

El ministro, García-Margallo, fijó la posición española en que se respete la legalidad internacional en general, y la ucraniana en particular, y pidió que se mutara «la lógica de la confrontación por la de la cooperación». Sin embargo, y a preguntas de qué haría España si finalmente se acordaran sanciones contra Rusia, Margallo reconoció que «España, como miembro de la Unión Europea, estaría obligada a asumirlas», si bien proclamó que hará todo lo posible porque se rebaje la tensión, haya una desescalada en las declaraciones agresivas y se abra una vía de solución.

«Es el momento de la diplomacia, el diálogo y las conversaciones en pos de una solución pacífica, porque la UE y Rusia han de entenderse forzosamente en este y en muchos otros temas», dijo el ministro español, que reveló que tanto él como Lavrov copian y suscriben sin rubor la fórmula acuñada por Javier Solana: «Se trata de superar el déficit de confianza estratégica entre Rusia y la UE». Para ello, lo primero es no contraponer el posible acuerdo de asociación de Ucrania con la UE (cuya negativa a firmarlo por parte de Yanukovich desencadenó las actuales turbulencias), y la adhesión de Kiev a la Unión Euroasiática. La presentación de cada una de esas dos opciones como excluyente de la otra es la que ha precipitado el embrollo actual, a juicio de Margallo.

El ministro español, que se felicitó por el fuerte incremento de los intercambios comerciales e inversiones hispano-rusos, preconizó también el cumplimiento de la hoja de ruta establecida en los acuerdos en Ucrania del 21 de febrero, que deberían desembocar en que «se garantice un lugar al sol a todas las minorías [por supuesto a la rusa] de Ucrania».

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