Altezas, Autoridades, Amigos.
Ante todo, muchas gracias por su compañía y por el estímulo que supone para los esfuerzos de la Asociación de Periodistas Europeos por mantener su ritmo entre cuyas actividades destaca la concesión anual del Premio de Periodismo Francisco Cerecedo que hoy nos reúne en su XXIX edición.
La coincidencia del recuerdo de Francisco Cerecedo, que en su trayectoria nos legó tan excelente ejemplo profesional, con el nombre de Michael Ignatieff, que acaba de recibir el premio con que mantiene viva su memoria, son dos buenos ejemplos de que tanto de lo que los medios como los profesionales debemos hacer y defender.
Las dificultades actuales son acuciantes pero la historia nos recuerda que ejercer el periodismo con dedicación, profundidad y sin claudicar por las adversidades ni el derrotismo es algo inscrito en nuestro oficio y propio de la responsabilidad social que al elegirlo asumen los periodistas. En el ejercicio profesional se impone un esfuerzo suplementario por dejar a un lado nuestros problemas cuando se trata de investigar y contar a nuestros lectores, oyentes o telespectadores la verdad de los hechos que hemos de brindarles.
Michael Ignatieff, el ganador del premio Francisco Cerecedo en esta su vigésimo novena edición, es todo un símbolo de ese periodismo en profundidad que va más allá de la narración de las noticias para buscar sus raíces y precisar en el análisis de sus implicaciones, efectos y consecuencias. Una espléndida muestra es el libro Sangre y Pertenencia, del que acaba de aparecer la versión castellana, en el se adentra en los nuevos nacionalismos, un fenómeno al que en absoluto vivimos ajenos.
Ignatieff, demuestra en ese y otros trabajos que es un maestro de ese periodismo analítico que la sociedad actual necesita para clarificar ideas que a menudo la propaganda y la demagogia política distorsionan y para desintoxicarnos de otras manifestaciones amarillas tan prodigadas por quienes buscan en la frivolidad, con la disculpa del entretenimiento, distraer la atención de las cuestiones relevantes del presente.
El Jurado, presidido por ese gran intelectual y analista también que es el profesor Santos Juliá, así lo interpretó enseguida incorporando su nombre a las propuestas de candidatos que tras una animada deliberación previa, pasaría a engrosar la prestigiosa lista, que hoy se enriquece con su nombre. Gracias pues a los miembros del Jurado y de manera especial a su presidente por el acierto de su elección. Y a Michael Ignatieff, que ha viajado desde Canadá, donde reside.
El Premio, vinculado siempre a esta velada, no sería posible sin la colaboración de su patrocinador, el BBVA, cuyo Consejero Delegado, Ángel Cano, nos acompaña. Conste nuestra gratitud y reconocimiento. También quiero en nombre de nuestra Asociación agradecerles una vez más a todos ustedes su compañía y muy especialmente a los príncipes de Asturias, don Felipe – nuestro presidente de honor – y doña Letizia por el prestigio que su respaldo añade al Premio.