Nuestra Asociación está de luto estos días. De hecho es toda la profesión periodística la que comparte en este comienzo del verano la tristeza por la muerte de nuestra compañera Concha García Campoy. Y la verdad es que su adiós no nos cogió de sorpresa: desde hace tiempo compartíamos con preocupación su lucha por la vida frente una enfermedad que con algunos paréntesis de esperanza se revelaba implacable. Durante estos meses de angustia sólo su entereza y su optimismo fijado en la esperanza por superar la dolencia nos animaba a confiar en verla pronto compartiendo con nosotros las actividades de la APE.
Pero no por temida la noticia de su muerte nos impactó menos ni palió nuestro dolor. Concha era una compañera excelente y una colega ejemplar, admirada y querida por todos. En múltiples ocasiones moderó debates y mesas redondas en nuestros habituales seminarios y siempre con verdadera maestría. Con ella al frente, con su simpatía y autoridad los invitados enseguida adquirían confianza y sus intervenciones cobraban mayor soltura y brillantez. Concha García Campoy era culta, estaba permanentemente al tanto de la evolución de la actualidad, tenía un criterio y una capacidad de análisis excepcionales a la hora de enfocar los asuntos, y dominaba el arte de la entrevista.
Nos sumamos a tantas muestras de cariño y solidaridad como están recibiendo sus allegados y compartimos con ellos la angustia que deja su ausencia. Nosotros también la echaremos mucho de menos aunque siempre nos quedará como consuelo del recuerdo de su amistad y del ejemplo personal y profesional que nos ha dejado. Hasta siempre, Concha.
Diego Carcedo