Artículo publicado originalmente en El Mentor, de Fundación Emprendedores, el 12 de Junio de 2019
Sanz Roldán defiende que la 5G es una tecnología que significa progreso, y como tal, imparable
El teniente general Félix Sanz Roldán está de salida como máximo jefe del espionaje. El director del CNI descarta entrar en las especulaciones sobre su posible sucesor o sucesora, y respecto de su propio futuro se remite a lo que aprendiera a los 17 años de edad en la Academia Militar de Zaragoza: “No pedir, no rehusar”.
Sin despojarse nunca de su condición de soldado, Sanz Roldán impartió una vez más una lección magistral en el Seminario Internacional de Seguridad y Defensa, que la Asociación de Periodistas Europeos organiza anualmente en el Parador de Toledo, en colaboración con la Junta de Castilla La Mancha. Esta XXXI edición ha estado marcada por el análisis de la posible retirada de Estados Unidos de la OTAN, sobre todo a la vista de las numerosas manifestaciones de la actual Administración americana y de su presidente, Donald Trump.
El jefe del espionaje español no sólo descarta el vértigo que tal hipótesis provoca, sino que augura una nueva y larga vida a una alianza político-militar, surgida como muro defensivo para contener la amenaza expansionista de la Unión Soviética tras finalizar la II Guerra Mundial. Sanz Roldán defiende una OTAN que sea percibida por los ciudadanos y sus dirigentes políticos como una “institución útil, usable y digna de utilizarse”.
Destacó especialmente el papel y el correspondiente esfuerzo económico y estratégico de las misiones españolas, sea con el despliegue de los aviones de combate en Letonia o con la batería de misiles Patriot en Turquía. Un capítulo que, a su juicio, compensa largamente el incremento en los presupuestos de Defensa, hasta el 2% del PIB, exigidos por Trump a sus socios de la Alianza Atlántica.
En los debates de las sucesivas sesiones quedó patente la inquebrantable adhesión a la OTAN de los integrantes del Grupo de Visegrado. Los generales polacos, checos o húngaros no dejaron duda alguna respecto de su convicción a que la OTAN, y en especial el artículo 5º del Tratado, les protege frente a quién consideran el enemigo potencial de sus libertades: Rusia.
El representante del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Khenkin, se defendió recordando que Moscú pidió integrarse en la Alianza Atlántica antes incluso del derrumbamiento total del comunismo, recibiendo entonces como respuesta un rechazo categórico. Estima que Occidente prefirió humillar a “una Rusia a la que consideraban perdedora de la Guerra Fría”, desdeñando así una gran ocasión para establecer a escala mundial el orden internacional liberal e inclusivo. Ahora acusa a los miembros de la OTAN, en su inmensa mayoría también de la UE, de esgrimir la supuesta amenaza rusa como un conjuro: “Ante la creciente pobreza y desigualdad en la sociedad occidental hay que buscar un enemigo exterior, y ninguno mejor que Rusia, cuando las verdaderas amenazas a la integridad de Europa vienen del sur, con España en la primera línea de ese frente”, remachó Khenkin.
El que fuera ministro de Defensa de Polonia, Janusz Onyszkiewicz, le replicó que Rusia quiso en efecto entrar en la OTAN antes incluso de que esta consultase a los países que habían estado bajo su férula. Además, Moscú no se comprometía a adoptar los valores democráticos y del Estado de Derecho, que son marca y emblema tanto de la OTAN como de la UE. A juicio de otros generales, como el checo Petr Pavel o el húngaro Zoltán Szenes, a lo que en realidad aspiraba Rusia era a cambiar la naturaleza de la propia OTAN.
La preservación y divulgación con un relato atractivo de esos valores es el principal reto, a juicio del general Francisco José Dacoba, director del Instituto Español de Estudios Estratégicos. Cree que no hay que ocultar una realidad de Europa que es preocupante, acrecentada por el brexit, la creciente percepción de inseguridad, “ya no solo por tierra, mar y aire sino también por el espacio y el ciberespacio”, la situación de una Turquía que actúa como verso suelto, el deshielo del Ártico y la consiguiente militarización de esa región.
A todo eso, el que fuera secretario general de la OTAN y Alto Representante de la Unión Europea, Javier Solana, añade la imparable multiplicación de la presencia de China en todos los continentes. Solana apuntó un dato que demostraría la enorme brecha que se está abriendo entre China y Occidente, y es que cada año China suelta al mercado cuatro veces más de matemáticos que el resto del mundo, lo que convierte en inexorable su hegemonía, sobre todo en el campo tecnológico.
La implantación precisamente esta misma semana de la tecnología 5G en las primeras quince ciudades españolas fue el pretexto para discutir acerca de la pugna entre China, Estados Unidos y una Europa que parece quedarse atrás. Y, frente a quienes creen como Trump que se les puede poner puertas al campo, Sanz Roldán fue especialmente taxativo: “Como nueva tecnología, la 5G significa progreso, y el progreso no se puede detener. Lo que hay que lograr es ponerlo a nuestro servicio”.