Ninguna celebración mejor de estos quince años desde que se otorgó por vez primera el premio «Cerecedo» que el distinguir a Jon Juaristi, cuyo proceso intelectual y de conciencia es una prueba emocionante de la dolorosa reflexión a la que el hombre interiormente libre somete la historia. La libertad es una carga que es necesario subir hasta la cima de la propia conciencia, es la misma pesadumbre de Sísifo, y la esperanza siempre renovada es la de un Sísifo triunfante. Jon Juaristi es un gran escritor, profesor de Literatura, poeta, y la corriente de su pensamiento se ha vertido en libros y periódicos, probando una capacidad de comunicación excepcional. Su penetración en la realidad apoyándose en las formas de conocimiento que previene la historia, alcanza lo que está más allá del conocimiento cuando se funde con la experiencia, la sabiduría. El arrojo y la disciplina de sus ideas, su método de pensar, alumbran el disputado camino del pueblo vasco hacia un destino cuya formulación inconfundible alcanza su plenitud y el sentido de sus formidables virtudes en la historia de España. Como profesor de Historia de la Literatura en la Universidad del País Vasco, especializado en el siglo XIX, posee la visión conjunta, global, del gran abatimiento español que culminó en 1898 y sus derivaciones melancólicas. Quizá otro vasco ilustre, don Miguel de Unamuno, sea el antecedente más cierto de Jon Juaristi.