Permitidme ahora dos palabras sobre Cuco. Amigo entrañable, brillante y atractivo conversador, de finísimo humor, disfrutaba con la ironía y a veces jugaba con las más atrevidas contradicciones, dentro siempre de un marco elegante. Rebelde y valiente, testimoniando todo lo falsamente instituido, aunque fueran en aquellos momentos por lo menos, causas casi perdidas. Se distinguió mucho en el periodismo «In situ», arriesgado y lejano, Argelia, Oriente Medio, etc., Revoluciones, Guerrillas, Pólvora y en sus retornos madrileños bellísimas mujeres lo acaparaban, mientras nosotros, sus amigos, nos disputábamos su poco tiempo pues pronto otro duro viaje se sucedería.
Hoy premiamos a una espléndida sucesora de Cuco, Maruja Torres. Comentar su personalidad profesional y humana sería empequeñecerla. Todos sabemos que es modelo de periodistas y sus reportajes enviados desde el mismísimo «Ojo del Huracán» son muy conocidos y admirados por todos los españoles. Allí donde está el peligro, allí donde está la sangrienta injusticia, allí donde hay una causa perdida, Maruja lo recoge y nos trasmite la verdad, con su estilo palpitante, como si mojara la pluma en el corazón de cada víctima y en su propio corazón. Chile, Nicaragua, Líbano, Panamá, etc., y aún le queda tiempo para escribir ¡y de qué manera! una considerable obra literaria si es que sus reportajes no son considerados como tal. También habría que recordar sus trabajos en torno al Mundo del Cine.
(extracto)
