José Antonio Marina, en su Teoría de la inteligencia creadora, parece ocuparse de Manuel Vicent, porque nuestro premiado, en sus textos, a las propiedades reales que tienen las cosas les inventa posibilidades libres; porque Vicent, con su talento, se convierte en fecundador de lo real, que adquiere así una cierta ilimitación. Pero Manuel Vicent ha huido del protagonismo que suele interponerse ante los lectores y dificulta la percepción de las realidades que siempre se ha abstenido de tergiversarlas en beneficio propio. Manuel Vicent ha demostrado ser una inteligencia libre, y por tanto ecuánime, fuera de toda cautividad y hasta ahora inmune al amedrentamiento.
Pienso que proclamadas las libertades públicas y establecidas sus garantías, a los medios de comunicación corresponde contribuir al sostenimiento de su vigencia, sabiendo que su permanente exposición a la intemperie social las corroe, porque no son de plástico, sino biodegradables, si me permitís decirlo así. Los medios de comunicación, en un sistema político de las características del nuestro, no acampan extramuros y por consiguiente prestan su mejor servicio cuando, sin incurrir en corporativismos, reaccionan ante agentes corrosivos capaces de cercenar vidas, como la del teniente Peralta, o de degradar otros derechos y libertades.
(extracto)
