Más de cien líderes judíos europeos y representantes de la comunidad judía convergen en Ámsterdam el lunes y martes de esta semana para celebrar lo que ellos mismos denominan una “cumbre de emergencia”, organizada por la Asociación Judía Europea (EJA) con sede en Bruselas, al objeto de abordar “el creciente antisemitismo y el odio viral hacia los judíos en el Viejo Continente, y más allá de la masacre perpetrada por Hamás el pasado 7 de octubre en Israel”.
Así nos lo confirma Yossi Lempkowicz, director de la Asociación Internacional de la Prensa Judía en Europa (EIJA), quién también nos explica el contenido y desarrollo de estas dos intensas jornadas: “Luchando por nuestro futuro” es el título de esta conferencia, que afecta a todas las comunidades judías de Europa, con tres cuestiones apremiantes: en primer lugar, la seguridad, garantizar que las comunidades judías estén seguras y puedan continuar viviendo sin sufrir daños. En segundo término, la educación, tanto sobre los horrores del Holocausto como sobre las lecciones que las nuevas generaciones deben conocer y aprender. Y, en tercer lugar, la libertad de religión, capítulo que debería incluir la libertad de ejercer los principios centrales de la fe y la práctica judías”.
Para organizar esta cumbre de emergencia, la EJA se ha asociado con el Ministerio de Asuntos de la Diáspora de Israel, el Centraal, Joods Overleg (CJO) de los Países Bajos y otras organizaciones judías líderes en toda Europa. La EJA es la principal asociación de organizaciones judías en Europa y representa a cientos de comunidades de todo el continente. Trabaja para fortalecer la identidad judía, expandir las actividades judías en Europa y defender los intereses judíos, incluso creando iniciativas políticas contra el movimiento BDS (Boicot, Desinversiones, Sanciones) contra Israel, y representando a los judíos en las conversaciones europeas que afectan a las minorías.
El evento se produce en un contexto de tensiones entre Jerusalén, sede del Gobierno de Israel, y varios Gobiernos europeos debido a la guerra en Gaza, y después de que Irlanda, Noruega y España anunciaran el reconocimiento del Estado palestino. El presidente de la EJA, Menachem Margolin, subraya que “Europa es nuestro hogar y, aunque Israel es siempre nuestra póliza de seguro, no la declararemos hasta agotar todas las opciones. Aún no hemos llegado a este punto, pero en realidad no estamos muy lejos de ello. En Ámsterdam nos reunimos para luchar por el que es nuestro hogar”.
Durante la conferencia, uno de los paneles de discusión se centrará en políticas y soluciones para fortalecer la respuesta de los gobiernos europeos al antisemitismo; otro, en sus responsabilidades para garantizar la seguridad de las comunidades e instituciones judías y los pasos necesarios para desarrollar su resiliencia. Un tercer panel describirá técnicas prácticas de autodefensa, incluida la denominada Krav Maga, el sistema oficial de lucha y defensa personal usado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), capaz de responder a una amplia gama de agresiones de uno o varios atacantes, sin armas, con armas, pero en todo caso de manera contundente.
Convencidos del aumento del odio a los judíos en los campus universitarios europeos, se dedicará también una sesión para brindar soluciones a los estudiantes judíos y sionistas. En la misma Ámsterdam la policía detuvo el mes pasado a 150 miembros de un campamento universitario pro-Hamás, tras reiterar sus llamamientos a la destrucción de Israel, y utilizar consignas que persiguen la completa aniquilación de Israel, tales como “Sólo hay una solución: la revolución de la intifada”, o “Del río al mar”, empleada también por la vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Yolanda Díaz.
Además de los debates, el centenar largo de participantes visitará la Sinagoga Portuguesa de Ámsterdam, el Museo Nacional del Holocausto y el Hollandsche Schouwburg (Teatro Holandés), que fue utilizado como centro de deportación por los nazis. Asimismo, recorrerán la casa de Ana Frank, convertida en un museo dedicado a la joven cronista que se escondió allí con su familia hasta que murió finalmente y es parte del Holocausto.