¿Cuánto mercado y cuánto estado debe haber en el modelo social de la UE? Ésta cuestión planteada por el director de la Gazeta Wyborzca, Adam Michnik, centró el panel mantenido esta mañana en la última sesión del XVII Seminario sobre Europa Central, en la que también participaron el diputado del PSOE, Eduardo Madina; el presidente del Instituto para Asuntos Públicos, Grigorij Meseznikov; y el periodista húngaro, Jozsef Horvath.
“El modelo social es una mistificación, una polémica disfrazada con trajes del siglo XX. Lo que temo no es que nos olvidemos del estado social, sino el contacto entre política, negocio y medios. El berlusconismo no es un modelo social o anti-social es corrupto”. Michnik, fundador en Polonia del Sindicato Solidaridad definió el punto de vista de Centroeuropa en el debate sobre el modelo social que actualmente afronta la UE. “Para nosotros no se trata de la falta de Estado protector, sino de la necesidad de desmontar el Estado-cárcel en el que vivimos tantas décadas, en un Estado nuevo. Esto plantea una serie de preguntas cómo el nuevo papel que los sindicatos están llamadas a jugar no sólo como defensores de los derechos de los trabajadores sino como agentes dinamizadores de la economía. Otro polémica que afrontamos es sobre la aplicación de impuestos lineales que como se ha demostrado en Eslovaquia, es algo muy atractivo para los inversores”.
Ángel Presa, director del Gabinete Técnico de UGT Confederal, polemizó con Michnik y expuso el modelo al que aspiran los sindicatos europeos. “El debate sobre el modelo social es político. No conocemos ningún estudio empírico que relacione en negativo prosperidad y cobertura social. No se trata de un debate puramente económico”. El sindicalista abogó por la defensa de un reparto equitativo de la riqueza y se mostró contrario a las políticas neoliberales.
Por su parte, Meseznikov expuso la serie de medidas que se están acometiendo en Eslovaquia para reformar su modelo social. “El modelo de la Ue son una serie de valores, no una construcción real. El modelo social es algo de lo que se habla mucho en Europa Central, pero el otro tema es la reforma económica. Ahora hemos comprobado que la soñada prosperidad no es un resultado automático de la entrada en la UE. Quedan reformas pendientes en sanidad, educación y economía”.
“Todos los países no soportan el mismo modelo social y tienen tradiciones diferentes. En los acuerdos de Lisboa se comprometieron a alcanazar el 70% de ocupación de la población activa, lo que englobaría a un 60% de mujeres. Este 60% puede causar problemas en muchos países”, argumentó el húngaro Horvath en su intervención.