Artículo publicado originalmente en Periodista Digital el 8 de Noviembre de 2019
Inspirados en el Artículo 1 del Capítulo I de la Constitución de Cádiz de 1812, el que lleva por título De la Nación Española: “La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”, seis personas de bien: Francesc de Carreras Serra, Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado, Nicolás Redondo Terreros, José María Múgica Heras, Manuel Valls Galfetti y Javier Santacruz Cano, han promovido un manifiesto que lleva por título La España que Reúne.
Sus inspiradores instan a los tres partidos constitucionalistas de ámbito nacional: PSOE, PP y Ciudadanos, a defender la Constitución y las leyes que de ella emanan, y a consensuar un Gobierno estable y una posición común sobre Cataluña, rechazando cualquier diálogo y acuerdo con independentistas, nacionalistas y populistas de derecha y de izquierda “porque desafían la Constitución”. Tienen razón.
En su presentación en la Fundación Diario Madrid, de la mano de Miguel Ángel Aguilar Tremoya y José-Vicente de Juan García, y con la amplia sala a rebosar, Redondo ha pedido “a los tres partidos constitucionalistas que dejen gobernar al que más diputados tenga, que se comprometan a que ese Gobierno no dependa ni de nacionalistas ni de populistas, y que consensuen una posición en relación con Cataluña”; De Carreras ha subrayado que “no queremos formar un nuevo partido: sobran partidos”, queremos “continuar los grandes avances” hechos hasta ahora en España y “no volver a empezar”, y Valls ha enfatizado que “España tiene que acabar con sus complejos” porque “es el tiempo de la defensa de la Constitución y no de las negociaciones con independentistas en mesas redondas o cuadradas”.
El Manifiesto de La España que Reúne dice:
“Cuatro años, cuatro elecciones generales. Quedó como un tiempo de discordia, de política sin horizontes, de incapacidad profunda para el diálogo. No nos resignamos a que ese tiempo atrás siga proyectando sus sombras sobre el devenir común.
Así surge La España que Reúne. En convocatoria progresista, cívica, laica y reformadora que aborde los desafíos por venir, que ya son presente.
Afirmamos que la Constitución es nuestra casa común, que nos agrupa y nos constituye en comunidad de ciudadanos libres e iguales. La Constitución establece la ambición de la mejor España, que convoca a todos, que exige diálogo entre diferentes para alcanzar los acuerdos que impulsan a la nación en un horizonte de libertad y progreso. Además, la Constitución debe ser defendida. En un gobierno constitucional nadie, por muy prominente que sea o por muchos que sean, tiene derecho a asaltar la ley. Porque entonces ningún ciudadano estará protegido en sus derechos y la convivencia quebrará.
Los populismos y los nacionalismos constituyen hoy, a lo largo de la Unión Europea y también en España, la principal amenaza a nuestras libertades. Construidos sobre políticas identitarias, excluyen y discriminan a los ciudadanos, y erosionan nuestro sistema constitucional. Empobrecen y dividen las sociedades, también moralmente. Y constituyen un fenómeno profundamente retardatario.
Que no quede ninguna duda en relación a la situación de Cataluña. No caben espacios de diálogo y acuerdo con el nacionalismo que combate abiertamente las leyes y la Constitución. A su vez, quienes establecen posiciones equidistantes entre quienes defendemos la Constitución y los salteadores de las leyes, contribuyen a erosionar de forma inaceptable nuestro sistema constitucional. Frente a quienes buscan la quiebra y el desistimiento de la España democrática, afirmamos que el Estado debe prevalecer. Sólo desde la fortaleza del Estado en la defensa de nuestros principios y valores constitucionales quedará garantizada la convivencia democrática. El acuerdo constitucional constituye una exigencia imprescindible.
La mejor Europa, surgida del desastre al que condujeron populismos y nacionalismos de odio y destrucción, nació justamente para combatirlos. Porque sabemos de dónde venimos, no aceptamos que populismos y nacionalismos identitarios regresen con las peores políticas. No renunciamos a la esperanza de paz y libertad que constituye la Unión Europea, el mayor espacio en el mundo de convivencia libre y progreso para quinientos millones de ciudadanos.
Los grandes desafíos en nuestra sociedad nos convocan a todos, y deben ser afrontados desde los mejores acuerdos constitucionalistas. La recuperación del contrato social, la lucha contra la desigualdad que empobrece a sectores sociales enteros, la transmisión del conocimiento, la educación para todos en la calidad, integración y mérito, enuncian tareas que precisan compromisos profundos y duraderos. Son los retos que forman el futuro de la Unión Europea.
Europa ilumina los mejores avances y desarrollos en libertad, y constituye nuestro espacio irrenunciable. Afirmamos nuestra vocación de formar parte activa del devenir europeo que hace frente a las dificultades del hoy y se proyecta al futuro con fortaleza en sus políticas de progreso y paz.
Suscribimos La España que Reúne con vocación de intervenir en la política española. Con respeto y colaboración con los actores políticos. Y conscientes de que desde posiciones al margen del día a día de la acción política se deben también promover con libertad las orientaciones y los debates que nos llaman a todos. Con esa ambición de lo mejor para el conjunto de la ciudadanía, del esfuerzo generoso entre todos, y de la tolerancia con el diferente, nace La España que Reúne”.
Por lo visto el lunes 4 en el combinado teatral de dialéctica, mitin, mercadotecnia, propaganda y relaciones públicas (de los organizadores) para captar el voto de los tontos, que protagonizaron Pedro Sánchez Pérez-Castejón, Pablo Casado Blanco, Santiago Abascal Conde, Pablo Iglesias Turrión y Albert Rivera Díaz, y televisaron un montón de cadenas para generar carnaza para las tertulias, las redes sociales y las factorías de noticias falsas, no parece que los líderes de los partidos constitucionalistas estén por hacer lo que pide La España que Reúne. Pero no perdamos la esperanza. En la XIV Legislatura o en la siguiente lo harán porque no hay otra salida ni otra solución para mantener España reunida que defender la Constitución y las leyes. Lo demás será la selva o el fin de una Nación con más de 500 años de historia en común y muchísimos más, bajo la marca Hispania, de juntos pero revueltos y enfrentados. Y esto la inmensa mayoría ni lo queremos ni lo aceptamos.