Artículo publicado originalmente en El Mundo el 11 de Julio de 2018
Si todavía queda alguien con la esperanza de que el golpe fallido de 2017 contra la democracia española en Cataluña fracasó, le invito a seguir en Twitter a @jordialapreso @KRLS @QuimTorraiPla o a sus ejércitos de repicadores y fieles seguidores.
En la defensa de la legalidad y de la democracia constitucional no está claro cómo ni quién debe responder a la máquina de propaganda separatista, que sigue a pleno rendimiento. Con los cambios, todo está en revisión.
¿Cómo han actuado los medios (públicos y privados) y las redes en la intentona de los independentistas catalanes de romper España y qué pueden y deben hacer a partir de ahora, tras la reanudación del diálogo entre el nuevo Gobierno español y la Generalitat?
Con esta pregunta abría el 4 de julio Ángeles Bazán, de RNE, el XVI seminario del ciclo España plural, Catalunya plural, inaugurado en 2013 por la Asociación de Periodistas Europeos y la Fundación del Diario Madrid.
«Ni RTVE ni TV3 son neutrales o imparciales, pero hay una diferencia», contestó Lucía Méndez, de EL MUNDO. «En TVE hay una masa crítica de trabajadores que defiende el pluralismo, cosa que no sucede en TV3… Sus presentadores, en los momentos más difíciles de 2017, no actuaron como periodistas sino como animadores de los manifestantes».
«Si en TV3 no hay esa oposición, será porque no viven las cosas de la misma forma», señaló Jaume Roures, de Mediapro tras 17 años en TV3. «La ley de la corporación catalana de medios audiovisuales me parece una superdesgracia».
«Siempre he mantenido que los medios públicos hay que defenderlos y financiarlos por su gran responsabilidad en homogeneizar la sociedad en defensa de la conciencia cívica y la democracia, pero la misma obligación tienen las televisiones privadas y no sólo por la concesión que reciben, sino porque viven y ganan mucho dinero con un servicio público, la frecuencia, que es un bien escaso».
Para Màrius Carol, director de La Vanguardia, uno de los graves errores de la Transición fue dejar los medios públicos en manos de los políticos, sin mecanismos de control como los que existen en BBC o, incluso, en la radiotelevisión francesa. «El reparto por cuotas de los partidos al frente de las radiotelevisiones públicas es un disparate», dijo.
«El 90% de los medios, en su cobertura del procés, no ha hecho periodismo», afirmó Roures. «Aunque es evidente que la solución no es judicial, desde los medios se ha apoyado o estimulado esa salida y la acusación de rebelión, que media Europa cuestiona… Y no veo un reposicionamiento».
«En algunos sí», intervino Carol sin mencionar a Prisa. «Sí, pero eso responde, si hablamos de El País, a un cúmulo de causas, al intento de recuperar algo cuando se llega al fondo del precipicio», contestó Roures.