Buenas tardes.
Ministro, presidente, autoridades, amigos..
Quiero primero dar las gracias por este premio, que es, probablemente el mejor reconocimiento para los periodistas que hacemos información europea y que seguimos los pasos de este proyecto siempre en construcción, un proyecto que ha marcado nuestra generación por los cambios que ha supuesto y las oportunidades que nos ha dado, y que, en mi caso, ha guiado mi carrera profesional desde el principio.
Cuando llegué a Bruselas hace casi 25 años como corresponsal de Onda Cero, recuerdo que la misma mañana que aterricé, casi sin deshacer las maletas por esa prisa que da la juventud, por el nervio que tenemos los periodistas o por el miedo a perdernos algo, me fui con mis acreditaciones recién estrenadas a un par de ruedas de prensa que había programadas.
La verdad es que no sé si tuve mala suerte o si, en realidad, todos sentimos el mismo vértigo cuando ponemos por primera vez el pie en un edificio de la Bruselas comunitaria, pero el caso es que caí en dos convocatorias que parecían pensadas para poner a prueba el europeísmo de cualquiera: una era de la Política Agrícola Común y en ella sólo se hablaba del ”set aside”. El set aside por aquí, el set aside por allí…. una expresión que no había oído en mi vida, que no tenía ni idea de qué quería decir y a la que desde entonces siempre le he tenido cierta manía. La segunda era un “briefing”, que diríamos ahora, preparatorio de una cumbre y allí, para mi sorpresa, toda la preocupación de mis colegas era saber si en el borrador de conclusiones algo estaba escrito entre corchetes o entre paréntesis y qué se iba a aprobar y qué no como punto A.
Entre el set aside, los corchetes , los paréntesis y los puntos A, debí de poner tal cara de desesperación, que el compañero que tenía al lado, un veterano ya, me dijo: no te preocupes que esto se pasa y enseguida lo vas a entender todo.
No sé si todo todo, todo, pero la verdad es que lo fui entendiendo (el set aside era la retirada de tierras de la producción, los corchetes y los paréntesis indicaban si algo estaba ya acordado o no) y desde entonces estoy, como Claudi y como Nuria en la labor de intentar explicar esta Europa que, a veces, con algunas decisiones que toma, que no toma o que toma demasiado tarde, nos lo pone muy difícil.
Hace 25 años, la Unión Europea estaba en expansión. Éramos 12 a punto de ser quince con proyectos muy ambiciosos, como el de una moneda común, con el respaldo casi incondicional de los ciudadanos (el proyecto tenía ganada a la gente) y nuestra mayor dificultad era explicar, traducir el lenguaje, hacer comprensible la jerga bruselense .
Hoy, en estos días del Brexit, de los coletazos aún duros de la crisis económica, de los movimientos antieuropeos y los repliegues nacionalistas, de la incapacidad de gestionar la llegada de refugiados…. el reto que tenemos y que tienen sobre todo ustedes, las instituciones y los gobiernos que son los que pueden tomar decisiones, es mucho mayor: es traducir y acercar, pero no sólo las palabras; hay que traducir y acercar a los ciudadanos el proyecto mismo de Unión, hay que acercar y traducir Europa, no como continente sino como idea, que diría Salvador de Madariaga. Y en nuestro caso, en el de los periodistas, hacerlo con espíritu crítico.
Siempre hemos dicho que la Unión Europea avanza a golpe de crisis y ojalá esas tan profundas que mencionaba sirvan para dar un gran paso adelante y, pero sobre todo para darlo en la dirección que quieren la mayoría de los ciudadanos. Ojalá, estemos ya, como dicen algunos, en la primavera de Europa.
Yo, que soy europeísta, me gustaría que mi hijo Pablo de diez años que está ahí sentado lo sea también en el futuro y que lo sea porque ha comprobado, porque ha visto que Europa responde a sus necesidades, a sus problemas y a sus sueños. Me gustaría verlo dentro de nada haciendo un Erasmus como lo ha hecho su hermana Laura.
Termino ya. Quiero compartir este premio con todos mis compañeros de Televisión Española que trabajan y se empeñan cada día en hacer una buena televisión pública y, en particular, con el equipo de Europa, y quiero dedicárselo a mi familia: a Rafa, a Pablo, a Laura, a Guardiola, con el que comparto todo, también europeísmo y desde hoy el Madariaga, y, sobre todo, quiero dedicárselo especialmente a mis padres. Nos dejaron hace poco, pero si hoy estuvieran aquí, estarían felices.
Gracias a todos.