Buenos días. Estimados compañeros periodistas, quisiera brindaros hoy, día internacional de la libertad de prensa, el apoyo y la solidaridad de la Asociación de Periodistas Europeos para todos los periodistas turcos que están encarcelados o procesados, o que simplemente tienen serias dificultades en el desempeño diario de su trabajo.
La prensa libre, así como la libertad de expresión y de información, son esenciales en un país democrático regido por el imperio de la ley y el respeto a los derechos y libertades.
Desde Europa seguimos con atención los pasos que toma Turquía en su conversión en un moderno Estado democrático, teniendo en cuenta sus circunstancias, necesidades, problemas y controversias. Por ello es esencial que la ciudadanía turca pueda ser informada por periodistas y medios que puedan llevar a cabo su trabajo con profesionalidad, rigor, exactitud y calidad en el contexto de un proyecto de Estado que asegure tanto sus derechos como sus obligaciones con una legislación homologable a la de los países que integran la Unión Europea, organización a la que Turquía aspira a formar parte.
Más de 20 leyes turcas sobre los medios de comunicación contravienen la Convención Europea, y son usadas cotidianamente para arrestar, encarcelar, procesar y violar la libertad de la comunidad periodística a través de investigaciones sobre supuestos crímenes que deberían desaparecer del estatuto de la profesión. Otros muchos periodistas corren también peligro de ser perseguidos de alguna manera (la representación para la libertad de prensa de la OSCE calcula que son unos 1.000, mientras que entre unos 60 y 70 están hoy en prisión). El último dato es el de 67 periodistas cumpliendo pena de prisión.
Otros casos como el de la exagerada multa a Dogan Media tienen que ser vistos como un abuso judicial, administrativo o ejecutivo. Todas las instituciones europeas, desde la UE y el Consejo de Europa hasta la OSCE, así como ONG independientes convienen en que Turquía está lejos del lugar que le correspondería y empeora su situación día a día al negarse a aceptar sus abusos y errores, pese a las múltiples advertencias que ya le han llegado desde la Corte de Estrasburgo.
La Asociación de Periodistas Europeos tiene cierta influencia a través de sus declaraciones e informes, y su red y presencia en foros donde los periodistas con consultados e incluso se comprometen con instituciones intergubernamentales, especialmente el Consejo de Europa, en el que tiene el estatus oficial de observadora en el comité de medios, y quisiera lanzar la exigencia de una más firme aplicación de los estándares y normas del Consejo de Europa, así como tener voz en textos, resoluciones y recomendaciones auspiciados bajo el Comité de Ministros (con representantes de los 47 Estados miembros).
También consideramos como esencial el derecho moral para protestar contra los abusos en nuestra profesión, en línea con el claro principio aceptado en el Derecho internacional y asumido por la ONU y organismos de carácter regional, de que los Estados están obligados a proteger a los periodistas cuando son amenazados y su derecho a trabajar en pro del bien común sin interferencias arbitrarias. También es importante señalar que los derechos laborales básicos deben incluir, entre otras cosas, sindicatos libres, esenciales para la libertad de prensa. Todo ello lo señala el Consejo de Europa en sus 27 indicadores de los medios en democracia, aprobado por el Comité de Ministros del Consejo de Europa.
Es importante señalar que el Secretario General del Consejo de Europa, Thorbjørn Jagland, está llevando a cabo reformas radicales. Desde el Consejo se afirma que el reforzamiento de la protección del artículo 10 en todo el área del Consejo de Europa como prioridad máxima. Turquía copa el segundo puesto en el podio de países con sentencias desfavorables del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, después de Rusia.
Estamos comprometidos con el mantenimiento de altos estándares profesionales entre periodistas y editores, así como con el reconocimiento de que la integridad y el fair-play son esenciales en el panorama mediático de los países democráticos. Por tanto, las disputas de carácter periodístico deben ser tratadas con sistemas autorregulados, y los gobiernos no deben criminalizar comportamientos puramente periodísticos. Y se debería seguir las recomendaciones del Consejo de Europa, de la OSCE, etc., despenalizando la difamación y el insulto tal y como están regulados en la actualidad. Las reformas de Turquía del artículo 301 y otras normas relacionadas con el insulto son inadecuadas porque no consiguen poner fin al riesgo de penas desproporcionadas y porque al fin y al cabo, las causas contra periodistas llegan precisamente vía otros tipos legales, como por ejemplo, disposiciones anti-terroristas.
La Asociación de Periodistas Europeos exige la libertad de prensa en Turquía y una pronta solución a las causas abiertas contra periodistas. Europa y Turquía son buenos aliados y amigos, y estamos convencidos de la Alianza de Civilizaciones.
Finalmente, me gustaría subrayar de nuevo que he venido en nombre de la Asociación de Periodistas Europeos para expresar nuestra solidaridad con nuestros colegas turcos encarcelados, y con la Plataforma para la libertad de los periodistas, que está luchando por la libertad de expresión en Turquía.
Estimados colegas, la Asociación de Periodistas Europeos está comprometida con vosotros con todo lo que ello significa.
Muchas gracias, en el día internacional de la libertad de prensa.