San Sebastián, 14 de julio de 2005. “En Francia hay 160 fontaneros polacos. Según un estudio reciente sólo en Varsovia y alrededores trabajan de manera ilegal 150 franceses. En su mayoría jefes y controladores de empresas que no se han molestado en sacarse su permiso de trabajo correspondiente, algo que no es tan complicado”. Dariusz Szymczycha, Secretario de Estado para la UE de Polonia., aportó estos datos durante su intervención en el panel Los flujos migratorios, celebrado esta mañana, en la cuarta sesión del XVII Seminario sobre Europa Central, celebrado en el Palacio de Miramar de San Sebastián dentro del programa de Curso de Verano de la UPV.
El representante polaco analizó la situación de los inmigrantes que acoge su país y señaló a bielorrusos y ucranianos como las dos nacionalidades más presentes, aunque también apuntó la llegada de chechenos y vietnamitas. “Estamos transformándonos de ser un país de tradición emigrante a receptor de inmigrantes. Abordamos la inmigración desde un punto de vista económico, con una tasa de paro que roza el 18% y una práctica inmovilidad de la mano de obra. Se contrata a inmigrantes ilegales porque son más baratos. Nuestra experiencia con la inmigración es muy limitada y hasta ahora está muy ligada a las políticas de vecindad, de fronteras. No queremos que las nuevas fronteras de la UE sean un muro de Berlín. Esperamos que el sentimiento europeo vaya haciéndose más fuerte en Ucrania y que por tanto su frontera vaya siendo más y más impermeable”.
El Secretario de Estado para la UE, Alberto Navarro, abordó en su intervención las sorpresas que está deparando la presidencia británica de la UE: “La desregularización legislativa era el eje de la presidencia británica de la UE. Contra todo pronóstico, lo primero que están pidiendo ahora es una legislación a nivel europeo para el control de datos. Sin duda hace falta más Europa en este ámbito y en muchos otros”. Respecto a la inmigración interna y externa de la UE, Navarro recordó la paradoja del caso español tras su integración en la UE. “La entrada española en la unión era percibida como una amenaza por los franceses. Hubo que esperar 5 años más que Grecia y la libre circulación de personas, tardó 10 años en llegar. Cuando finalmente se alcanzó, no hubo salidas masivas, sino una llegada importante de europeos a nuestro país. Ahora España es el segundo mercado mundial de Francia, tras Alemania, y se ha demostrado que aquellos miedos eran infundados”. El Secretario de Estado también señaló la necesidad de ahondar en una política común para combatir la inmigración ilegal; negociar tratados de readmisión con países como Rusia o Marruecos; y llevar a cabo políticas de integración. “La UE tiene previsto destinar 5.000 millones de euros a estas políticas”.
El Vicepresidente del gobierno eslovaco para asuntos europeos, Pal Csaky, explicó el complicado entramado de nacionalidades que afecta a los centroeuropeos. “Yo soy un miembro curioso del gobierno. Represento a una minoría, a la húngara que engloba a un 10% del país”. Csaky subrayó su preocupación por los problemas de inmigración. “A la constitución europea encontraremos una solución en 3 años; a los presupuestos en uno. La cuestión verdaderamente importante, a la que habrá que dedicar décadas, es definir el carácter multiétnico de Europa, su futura sociedad. El modelo de una Europa aislada no funciona, hay que ir hacia un modelo más orgánico. Tal y como me expusieron los políticos turcos recientemente, la anexión de su país podría dar respuesta a si los valores de la civilización de Occidente son apliclables a otras culturas como la musulmana”.
Por su parte, el analista de migraciones y demografía del Real Instituto Elcano, Rickard Sandell , aportó interesantes datos sobre al alcance de la inmigración en España y fenómenos como el crecimiento demográfico y el envejecimiento de la población europea. “En todos los continentes crece la población excepto en Europa. En el 2050 sólo el 7% de la población vivirá en este continente y habrá un descenso de la población activa en torno al 50%. La inmigración es una solución parcial a esto, un alivio. Es un requisito para mantener el crecimiento económico, pero ¿qué harán los españoles cuando 4 de cada diez de sus compatriotas sean extranjeros?”. Sandell también denunció la carencia de políticas de inmigración: “El 98% de los regularizados llegaron de forma ilegal. No hay una política de inmigración sino un laisez-faire. En cuanto a las políticas de integración, lo ocurrido en Francia, Holanda o Dinamarca demuestra que el multiculturalismo sin asimilación no funciona”.
“La palabra inmigración para los húngaros implica flujo de gente pero también de fronteras”. El periodista húngaro Janos Horvath explicaba así del pasado de Hungría. Horvath habló acerca de la doble nacionalidad y de ese 1% de población extranjera en su país: “Mayoritariamente son de origen húngaro. Son ucranianos, eslovacos pero también húngaros” El periodista denunció que “no se ha llegado a una estrategia política sobre la inmigración” y concluyó su intervención de forma contundente: “Los políticos de la UE serán franceses, españoles o alemanes, pero tenemos que llegar un punto en que los fontaneros sean todos europeos. ¡Fontaneros de Europa uníos!”.