Texto de Miguel Ángel Aguilar para el catálogo de la exposición «Españoleando, Chumy Chúmez en el Diario Madrid«
Parece que se conservan muy pocos originales del las viñetas que Chumy Chúmez publicó en la página tres del diario “MADRID” entre 1967 y el 25 de noviembre de 1971, cuando se recibió la orden de cierre del Gobierno de Franco que cancelaba su inscripción preceptiva en el registro de publicaciones de aquella Ley de Prensa. En una de las que me regaló aparece el dibujo de un plutócrata con chistera a ahorcajadas sobre un obrero mientras el fumeti proclama “En nombre de la ley de tantos de tantos de mil novecientos tantos, ¡arre!”.
Otra lleva como leyenda lo de “queda terminantemente prohibido todo lo que no es obligatorio”. Chumy publicó en muchos sitios pero donde se hizo periodista fue con sus colaboraciones diarias en el “MADRID” de aquellos años que vivimos peligrosamente. A él también le rinde homenaje la placa descubierta en el chaflán de Maldonado y Pardiñas donde estuvo el escorialito que fue sede del periódico porque formó parte de aquellos que trabajaron en aquella redacción defendiendo las libertades.
Escribe Rafael Sánchez Ferlosio en su libro Y vendrán más años malos y nos harán más ciegos que cuando el humor se constituye en género es que ha resuelto apartarse respetuosamente de las cosas serias, a fin de que éstas puedan ejercer sin embarazo su petulante tiranía y que así, la pretendida rebeldía del humorismo contra las cosas serias resulta un pacto secreto de complicidad.
Puede que el humor de las viñetas de Chumy Chúmez no se constituyera en género pero desde luego no se apartó sino que se mofó de las cosas serias, ni dejó de perturbar su petulante tiranía. Nunca firmó pacto alguno de complicidad. Chumy era un ser libre que fabricaba los espacios para que fueran libres sus viñetas de cada día.
Ahora, al aire de las conmemoraciones de los 35 años de aquel cierre definitivo del periódico, dictado con afán de ejemplarizar y disuadir a los colegas, y en espera de esa exposición Chumy Chúmez hace tiempo prometida, aparece esta antología preparada en la Asociación de Periodistas Europeos donde se conserva la colección del “MADRID” por Juan Oñate y sus colaboradores. Nos pone ante un maestro, ante un clásico con perfiles de perennidad. Compruébenlo pasando las páginas.